La Dieta Peruana: La Quietud y el Curandero
El siguiente artículo ha sido escrito por Wendell Lewis. Como breve introducción al tema, una dieta es un "régimen" tradicionalmente utilizado y supervisado por curanderos (chamanes) en Perú y otros lugares, y a menudo es un requisito antes de ingerir ayahuasca.

"Curandero del Alto Cumbaza" de Rafael Infante
Hace poco participé en mi primera dieta tradicional en Perú. La dieta no es simplemente una "dieta". Es una inmersión.
La dieta puede durar 7 días o más. Requiere un lugar de soledad, donde no sea necesario decir una palabra ni mirar a los ojos. Requiere tranquilidad, para no recibir información del exterior. Requiere seguridad, para no tener que pensar en la preparación, el mantenimiento o la disposición de las propias necesidades físicas.
Y requiere la supervisión del curandero. El curandero es el único interlocutor. El curandero administra la medicina y coordina todos los preparativos.
Medicina Vegetal y Desembalaje Mental
La dieta se estructura en torno a la toma de dos dosis diarias de la planta medicinal elegida para cada caso particular. La mía era una planta llamada ajo sacha. Hay otras plantas medicinales que pueden elegirse, dependiendo de la persona.
Durante la dieta, los alimentos y las bebidas se suministran con el menor alboroto, y se limitan a los artículos más básicos únicamente para una nutrición mínima. Esto se hace para minimizar la estimulación sensual y ralentizar el metabolismo. Además, la dieta puede incluir ceremonias con ayahuasca. La mía incluyó una ceremonia muy poderosa.
El trabajo de una dieta implica la labor consciente de desempaquetar mentalmente. Se hace lo menos posible. Romper con los propios hábitos físicos brinda la oportunidad de percibir el pathos de los propios hábitos mentales, permitiendo así descargar las ideaciones involuntarias y corregir las distorsiones de las propias percepciones y proyecciones.
La dieta también puede incitar al sufrimiento intencionado de salir de nuestra zona de confort psíquico. Se permite que la mente divague y se desenrede, aflojando así las ataduras mentales, llevando a uno a reorientar los patrones de pensamiento, lo que conduce al descubrimiento de un sentido más amplio y vivificante de uno mismo.
La Post-Dieta
Tan importante -quizá más- es el periodo de tiempo posterior: En mi caso, 30 días, de post-dieta. Es entonces cuando uno puede autentificar los conocimientos adquiridos en la dieta y actualizarlos en su forma de vida. Hay comportamientos que hay que dejar ir y otros que hay que adoptar.
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La dieta aumenta la "atención", la unidad de intención y pensamiento. La postdieta, por su parte, aumenta la "atención", la unidad de la conciencia y la acción.
Al reconocer que todo pensamiento y toda acción se eligen, uno puede despertar a la libertad de elección que, a su vez, conduce a la espontaneidad y a la creatividad. El truco de la creatividad consiste en conducirse a este precipicio. A partir de ahí, ¡todo es posible! Con el tiempo, uno descubre que la generosidad está en la base de la vida y se vuelve agradecido. Al fin y al cabo, creo que la dieta sirve para comprender la totalidad del fenómeno cósmico que llamamos vida. Pienso hacer muchas más en el futuro.
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